Lorenzo Antonio Hernandez Pallares
Perdí a mi hermano Paco cuando yo acababa de cumplir 22 años y acabado mi carrera de psicología, tan diferentes ambos y tan iguales, aún recuerdo el pacto cuando mi madre nos castigó por pelearnos, yo a un lado de la puerta queriendo entrar al refugio de mi casa y mis libros, el dentro aporreando la puerta queriendo salir a jugar con sus amigo y al futbol fuera… allí nació nuestro pacto de hermandad, a partir de allí ni mama, ni papa se enteraron de nuestras peleas. Y ya ido, tape el dolor con tareas y actividades, sobretodo su ausencia, inteligente, protectora, entusiasta, idealista, generosa y cabal a la vez que rompedora. Se salió de la carretera… esa era su energía y la plasmo simbólicamente en su muerte, veloz, intensa y buscando sus propios caminos. Eso hizo que yo también tuviera que reubicar los míos ante unos padres rotos y desorientados, volví a mi pueblo donde nunca creí que volvería e hice allí mi campamento, pero mi alma salía y salía, hacia la formación de Gestalt, los SAT y tantas otras y allí encontré mundos y hermanos y hermanas. Las experiencias vividas me unieron ante otros padres transferenciales terapeutas y soldando lazos fui curando viejas heridas. Hoy algunos de los que leeréis esto, sabréis que habéis sido mis hermanos y lo sois, porque los momentos grupales e individuales vividos crearon estos lazos de intimidad y de amor realmente fraternos. Gracias por hacerme sentir que a pesar de la muerte de mi hermano no estoy solo, porque hay otros hermanos más allá de lo biológico. Vosotros. Tu que lees esto.
Gracias por compartir de una manera tan sencilla, tan clara, tan cercana… no he perdido a mi hermano, ni a mi hermana, pero no he aprendido la forma de encontrarme con ellos en intimidad y me siento identificada en haber encontrado otra hermandad mas intima en el camino… un abrazo.
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PUes si Lorenzo yo te y me reconozco en esa hermandad contigo.
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